miércoles, 26 de febrero de 2014

Caminos Infinitos (Capítulo 3).

(Si no has leído el capítulo 2, pincha aquí.)

O... o no. respondió una voz tras él—, ¿Por qué? ¿Acaso la vida no consiste en eso? ¿En caerse y volver a levantarse? ¿En caerse y volver de nuevo a levantarse? No hay nada escrito. Si lo estuviera, no habría más que seguir las instrucciones que se nos facilitaran y listo, ¿verdad? ¿Y no crees que así la vida... sería menos vida? concluyó, colocando la palma de su mano derecha sobre su hombro izquierdo. 

El chico, atónito, giró lentamente la cabeza. Pero resultó no haber nadie allí. 
¿Habrán sido imaginaciones mías? se preguntó, sorprendido por aquel extraño suceso. Se puso en pie y tras una breve pausa, añadió—: El caso es que... si fueron simples imaginaciones, razón no les faltaba...

Miro a su alrededor. Todo lo que podía ver eran caminos y más caminos. Caminos infinitos. No obstante, y a pesar de la gran variedad de la que gozaba, tenía miedo. Miedo de equivocarse. De volver a caer en un camino oscuro. Es entonces cuando algunas de las palabras de aquellas extrañas imaginaciones que tuvo momentos antes revotaron en su cabeza. "Caerse y volver a levantarse... La vida es eso... No hay nada escrito..." 

Miro al suelo, y tan pronto como lo hizo, alzó la vista hacia un camino. Sus ojos se fijaron en un camino un tanto... peculiar. A priori, no era bonito. Tenía pinta de difícil, pues nada más a la entrada, se encontraba un puente un tanto peligroso debido al desgaste del mismo por el paso del tiempo. 

¡Decidido! exclamó en voz alta. 

Cogió sus cosas y se lanzó hacia aquel sendero sin pensárselo dos veces. 

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